En el páramo reina el sálvese quien pueda. Metido en la piel de Mad Max, un héroe reacio a serlo, debes embarcarte en un viaje para recuperar el vehículo de guerra definitivo y escapar de la locura que te rodea.
Quedarse sin gasolina no es solo un incordio, es una sentencia de muerte.
Solo en el páramo, con gasolina robada para tu interceptor, depende de ti buscarte la vida y combatir a los letales maleantes que harán cualquier cosa para conseguir chatarra y preciados recursos.
Donde los caballos de potencia precisan potencia de fuego.
Con apenas gasolina pero aún algo de suerte, tu interceptor es tu única esperanza para sobrevivir mientras la banda de maleantes de Scrotus estrecha el cerco. ¿Lucharás o huirás? La decisión podría marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Las reglas de la carretera son sencillas: mata o muere.
Scrotus y su banda buscan sangre y a tu interceptor. Tras atentar contra tu vida, de ti depende defender tu único medio de escape. Pero te superan en número y en armas, la cosa no pinta muy bien.
Las ganas de seguir viviendo es tu arma más mortal
Apabullado por maleantes sedientos de sangre, te dan por muerto y te dejan sin coche. Con nuevos peligros a cada paso, vas a necesitar todo lo que tengas para sobrevivir.
Despiadado, desquiciado y maníaco. Y esas son sus mejores cualidades.
El mal tiene nombre y cara: Scrotus. Las sed de sangre de este caudillo psicópata del páramo solo está a la altura de su sed de venganza.